Seguramente me faltan muchos diccionarios de sinónimos por conocer; pero, hasta la fecha, mi favorito es el Diccionario de ideas afines de Fernando Corripio, ya en su segunda edición (2007).
Este no es un diccionario de sinónimos en el sentido estricto. Es un diccionario ideológico; es decir, que agrupa las palabras según sus relaciones, no siempre de proximidad, sino incluso de total antagonismo (antónimos).
Recomiendo la obra de Corripio porque es una obra que parece sencilla –a primeras vistas no se distingue de un diccionario común de sinónimos– y, sin embargo, es una poderosa herramienta para visualizar grupos de ideas y campos semánticos. De esta manera, cuando se está escribiendo y, sobre todo, reescribiendo, este diccionario revela palabras, cercanas o concomitantes a aquella que primero ha venido a la mente; quizás garabateada en el primer borrador, pero todavía imprecisa, falta de elegancia o reiterada hasta el hartazgo en esas versiones primitivas y a veces vergonzantes de todo texto en sus primeras etapas de gestación.
El diccionario incluye unos 3000 artículos principales, cerca de 25 000 entradas secundarias y, en total, agrupa más de 400 000 voces. Se ve pequeño en el estante, pero es, lo digo por experiencia y no proselitismo, la mejor obra castellana en su género que ha llegado hasta mis manos.
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