Una noticia ha conmocionado la industria editorial norteamericana: Amazon anunció que ha vendido más e-books que libros en tapa dura durante el segundo trimestre del año 2010. Las cifras incluyen todos sus e-books, no solamente los vendidos al Kindle, y ha sido confirmada por los editores.
¿Qué sucedió en el año 2010 para cambiar el panorama de la edición de libros electrónicos en tan solo unos meses? La respuesta salta a la vista para quienes hemos seguido las noticias editoriales: el iPad. Apenas en enero de este año, el iPad no tenía nombre, existía solamente en rumores y circulaba en internet como el esperado producto al que, se decía, Steve Jobs no había aprobado todavía porque demandaba “un producto que sirva para algo más que revisar el correo electrónico en la tina”.
Más de tres millones de iPads vendidos después, el impacto en el mercado es ahora tangible. Amazon y Barnes and Noble han reducido casi a la mitad el costo de sus e-readers. Anuncio, quizás inevitable, de que el e-reader como aparato dedicado exclusivamente a la lectura de libros, con sus limitaciones de color (texto gris sobre fondo gris), podría estar destinado a desaparecer.
Al circular entre los foros de usuarios del iPad se pueden leer anécdotas de todas clases. Como media general, basta utilizar el “jueguete” durante media hora para desearlo compulsivamente. Algunos escritores ya están empleándolo como medio de investigación, por su versatilidad para navegar en la Red. Incluso los temores del teclado táctil se han disipado: hay quienes afirman que escriben más rápido en el teclado del iPad y, por eso, lo aman.
Los editores de vanguardia están con las antenas en estado de alerta. Siempre se supo que la llegada del e-book era inevitable, pero todavía no había sido inventado y comercializado el gadget que pudiera revolucionar la industria, como lo hicieron en su época el CD frente al LP, o el MP3 frente al CD. Ahora, con el iPad, se tiene un modelo exitoso que ganó la batalla gracias a su anticipación y logró imponerse a modo de prototipo de lo que será la lectura de libros del futuro.
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