El diario es uno de los talleres literarios más antiguos que existen. En un cuaderno privado, muy nuestro, las palabras salen una tras otra sin estructura, sin preocupaciones, sin censuras, sin pensar en el otro, sin ir más allá de la idea-semilla que nos impulsó a abrir el diario esa mañana. Solamente escribimos, como diría Barthes, en intransitivo, sin pensar en el resultado, sin decir «escribo una novela» o «escribo un cuento», solamente «escribo».
Los programas ideales para este tipo de escritura intransitiva y desestructurada son las aplicaciones para llevar diarios. Hay una amplia variedad, en todas las plataformas (Macintosh, Windows, Linux), con diversidad de funciones. Aquí comentaremos uno que es especialmente versátil y diseñado para la plataforma Macintosh: el MacJournal, distribuido por Mariner Software.
Como un programa de diario, en el sentido más tradicional, es muy eficiente. Se pueden crear varios diarios y subdiarios (diarios dentro de diarios); y a cada uno se le puede poner una clave para impedir el acceso de los curiosos.
Cada entrada tiene la ventaja de que automáticamente registra la fecha y la hora de su creación; e incluso hay una serie de herramientas adicionales para indicar si está en proceso o ya ha sido finalizada. Pero si lo que el escritor quiere hacer es pasar en limpio las notas de sus cuadernos y conservar la fecha y hora originales de sus notas, el programa también le permite modificar estos datos con libertad.
Este programa además incursiona en el moderno diario del siglo XXI: el blog. Cada diario puede vincularse a un blog de cualquiera de las plataformas más conocidas. Basta configurarlo la primera vez para que, desde ese momento, la tarea de publicar artículos sea muy sencilla: basta dar la orden y el artículo queda en línea inmediatamente, con la plantilla que se ha prediseñado en la plataforma. Si se detecta un error, basta corregir en MacJournal, pedirle que publique los cambios y ¡listo! Desde el propio programa se pueden determinar las palabras clave del documento, añadir vínculos e incluir imágenes o fotografías.
Pero la característica que más me gusta del MacJournal (el programa que en este momento estoy utilizando para este blog) es la visión de pantalla completa, que solamente se encuentra en algunos programas profesionales para escritores como el Scrivener, el Ulysses y, desde luego, el WriteRoom. El MacJournal, con un solo clic, elimina todas las distracciones, sin tener que utilizar otro programa adicional. El efecto es fantástico para quienes realmente logramos concentrar nuestro esfuerzo mental con solo esta sencilla característica.
Desde luego, todas las entradas escritas en MacJournal pueden exportarse a formatos como .rtf, .doc y .txt, de manera que pueden abrirse con cualquier procesador de texto, ya sea gratuito (OpenOffice) o de pago (Microsoft Word).
Sin duda, este es un programa ideal para la escritura de blogs y para escribir sin rumbo, al asalto de la inspiración, cuando una idea se viene a la cabeza y no se sabe qué hacer con ella.
sábado, 16 de enero de 2010
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