Katie Spotz, de 22 años, se propuso convertirse en la persona más joven que haya cruzado el Atlántico en bote. Para soportar diez horas diarias de remo, la soledad de dos meses y el confinamiento en un reducidísimo espacio que se volvió su casa durante ese tiempo, tomó una decisión crucial: encontrar algo que hacer. Así, se entrenó previamente con cien horas de meditación, se apertrechó con 300 barras de chocolate (¡sin duda un artículo de primera necesidad!) y se llevó consigo cuatro iPods cargados con 100 audiolibros.
¿Qué hace uno cuando se enfrenta a una situación de confinamiento? Muy sencillo: entretenerse. Así, esta joven no renunció a la lectura (ni a la escritura, gracias a Twitter), y a pesar de embarcarse (literalmente) en una aventura que uno podría haber creído incompatible con la imagen de una persona leyendo libros (en papel), se las ingenió para encontrar la manera de mantenerse ligada al mundo de la palabra, gracias al formato del libro para ser escuchado.
Esta divertida noticia de domingo por la tarde es un recordatorio de que la lectura no está muerta y, gracias a tecnologías tan novedosas y populares como iPod, quizás está más viva que nunca. En cuanto a Katie, ¡felicidades por la hazaña!
http://www.nacion.com/2010-04-18/Mundo/UltimaHora/Mundo2339189.aspx
domingo, 18 de abril de 2010
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