Son bien conocidas las obras del así llamado arte rupestre: pinturas de eventos, acaso cotidianos, que han permanecido por periodos de hasta 30 000 años en las profundidades de algunas cavernas, principalmente en Europa. El origen de estas pinturas y cómo se realizaron habita en el reino de la especulación: ¿acaso formaban parte de rituales mágicos o iniciáticos? ¿Tenían el propósito de representar la vida ya existente o de crearla a partir de su representación?
Perdidos en estas interrogantes y fascinados por las figuras de bisontes, caballos y cazadores, los arqueólogos habían obviado unos pequeños símbolos abstractos, sencillos en sus trazos, que se encontraban en lugares menos visibles de las cavernas. Durante muchos años estos signos pasaron inadvertidos, hasta que la estudiante Genevieve von Petzinger, de la Universidad de Victoria en la Columbia Británica (Canadá), descubre con asombro que nadie se había tomado la molestia de comparar los signos de cavernas distintas y de sus diferentes periodos de tiempo. Así decidió plantear como su proyecto de maestría (bajo la dirección de April Nowell) la compilación, clasificación y comparación de todos los signos registrados en las cavernas de 146 sitios en Francia, en un período que va desde los 35 000 años hasta hace 10 000 años (25 000 años, en total).
Su descubrimiento fue asombroso: 26 signos, todos dibujados con el mismo estilo, se repiten una y otra vez en numerosos sitios. Más sorprendente aún: algunos aparecen reiteradamente en pares no azarosos y se mantienen sin variaciones durante miles de años.
La constante de estos trazos, los agrupamientos que se repiten en cavernas diferentes y su extraordinaria sencillez son evidencia (quizás la más antigua que tenemos hasta ahora) del desarrollo de signos abstractos que podrían utilizarse para la comunicación escrita, y del pensamiento simbólico que estaría detrás. Si bien estos signos no son figurativos en sí mismos, sí se ve un uso vinculado a las pinturas que sugeriría una escritura pictográfica a la cual era necesario añadirle conceptos abstractos.
Este descubrimiento se une a otros recientes hallazgos que indican la posible existencia de empleo de símbolos abstractos en épocas tan remotas como 75 000 y 100 000 años atrás.
¿Cuán antigua es la escritura? ¿Cuán temprano, en la historia humana, se desarrolló el pensamiento simbólico? ¿Acaso la escritura rupestre solamente se enseñaba, de discípulo a maestro, como parte de un bagaje de conocimiento iniciático y especializado? ¿Era su uso sagrado o profano?
Los hallazgos de esta investigación apenas están en proceso de publicación y, desde luego, sus alcances acaso se vislumbran. Mientras están listos los artículos (y, esperamos, libros) en que podrá leerse el informe pormenorizado, se puede consultar en inglés la noticia publicada por la revista New Scientist. De ahí hemos tomado la mayoría de los datos de este artículo.
lunes, 22 de febrero de 2010
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