lunes, 30 de agosto de 2010

Glosario mínimo de tipografía

En mi experiencia personal, aprendí la terminología de la tipografía en la calle, a través de la aplicación práctica. Este método de aprendizaje de lengua no es extraño, de hecho, es el más natural. Así les enseñamos a hablar a los niños, así nos enseñaron a hablar nuestros mayores.

Sin embargo, cuando debemos comunicarnos por la vía impresa, con hablantes de otras latitudes, personas a quienes no conocemos y jamás les hemos visto el rostro, no podemos quedarnos con las definiciones “empíricas”. Conviene investigar los límites conceptuales de los vocablos y “ponernos de acuerdo” sobre los significados de los términos.

Por eso, antes de avanzar con esta pequeña serie de artículos sobre tipografía, conviene hacer un alto y definir el significado de los términos medulares de este campo. Examinaremos, por lo tanto, la definición de los términos letra, carácter, tipo, tipografía, tipología, fuente y familia.

Letra

La letra es cada uno de los signos gráficos que componen un alfabeto. Se le da este nombre también al sonido que estas representan y a los estilos gráficos con que pueden adquirir forma, como la caligrafía individual de una persona (ej.: tienes buena letra), o los estilos caligráficos de ciertas épocas, como el gótico (DRAE, 2001; DUE, 2007).

Carácter

El carácter se define, en primera instancia, como “señal o marca que se imprime, pinta o esculpe en algo” (DRAE, 2001; la definición del DUE, 2007 es similar). A partir de aquí, las definiciones confluyen: “signo de escritura o de imprenta”, “estilo o forma” de estos signos (DRAE, 2001). Llama la atención que un carácter también es una “señal o figura mágica”, lo mismo que las “marcas o hierro con que los animales de un rebaño se distinguen unos de otros”.

Por el tipo de signos que cubre la sombrilla del vocablo carácter, se puede afirmar que el límite entre carácter y letra es muy sutil. Toda letra (vinculada a un sistema alfabético) es, a su vez, un carácter, pero no a la inversa (no todos los caracteres son letras propiamente dichas).

Tipo

Esta palabra es crucial, porque de aquí se derivan las siguientes. En el contexto de las artes gráficas, un tipo es cada una de las piezas individuales para una letra o signo de imprenta o máquina de escribir. Es la unidad mínima de la tecnología de la imprenta y, ya en tiempos digitales, en donde la vieja máquina de imprimir tiende a desaparecer, a lo sumo el vocablo se reserva para un campo en donde compite con los términos letra y carácter. No obstante, conviene no confundirlos; como se ve por las definiciones, hay sutiles diferencias entre los tres conceptos.

Tipología

Esta es una de esas palabras que solo aprendí a través de los libros. Martínez de Sousa la define como la “Parte de la tipografía que trata de los tipos de imprenta, sus clasificaciones, historia, morfología, trazado, empleo, etcétera” (Sousa, 2004). En otras palabras, la tipología es la ciencia o estudio de la los tipos y su arte (tipografía).

Tipografía

Este es quizás el término más ambiguo, amplio y dado a la confusión. A menudo, en la práctica, se le usa como sinónimo de fuente, familia y hasta letra. Pero en los tiempos anteriores a la revolución tipográfica introducida por las computadoras, la palabra tipografía era sinónimo de imprenta, arte de imprimir y arte de componer un libro con tipos móviles.

En el contexto de las artes gráficas contemporáneas, y en los sucesivos artículos sobre el tema en este blog, entenderemos el concepto de tipografía como lo define el Diccionario de uso del español (DUE) de María Moliner: “conjunto de características de los tipos de letra elegidos en la composición de un texto” . O bien, como lo entiende José Martínez de Sousa en su Diccionario de bibliología y ciencias afines (DBCA) en una de sus acepciones: “aspecto general de un texto, dependiente del ojo y tipo de la letra empleados en su composición” (2004: 838).

En síntesis, la tipografía es el conjunto de características y decisiones que determinan el aspecto de un texto, desde el punto de vista de la forma y el diseño de las letras. Abarca el conjunto estético que compone un libro y todas las fuentes y familias involucradas en el resultado final.

Sousa cita varias clases de tipografía, según sus propiedades y finalidades. La tipografía invisible es la de los textos de ficción, en donde hay poca o ninguna variación en el ojo, cuerpo y estilo de la letra, fuera de algunas palabras en cursiva u otras indicaciones del autor. En cambio, la tipografía estructurada es la propia de textos informativos y complejos, cuya “presentación tipográfica, a diferencia de la tipografía invisible, permite la utilización de varia familias, cuerpos de letra, medidas distintas, letras de diversos ojos (finos, seminegros, negros), recuadros, filetes, etcétera” (2004: 838). Otras tipografías son la digital y la bibliográfica (la empleada en obras de lexicografía).

Fuente

El vocablo fuente, en su significado contemporáneo dentro de la tipografía, es “un anglicismo por fundición o póliza, que son las denominaciones que se aplicaban antiguamente a los surtidos de letras que se adquirían para su empleo en el taller” (Martínez, 2004: 449). Indica Martínez de Sousa, que, por lo tanto, font en inglés, que ha sido traducido como fuente, realidad significa fundición.

Esto lleva a su significado más reciente: “conjunto de letras y signos con nombre específico y basados en determinado diseño con que se compone un texto” (Martínez, 2004: 449). En un mundo gráfico gobernado por las computadoras y la composición digital, el vocablo fuente “se refiere al mismo vocabulario de caracteres pero en la serie completa de cuerpos que se puedan generar ahora a partir de un solo carácter” (Martínez, 2004: 450).

En términos prácticos, se le llama fuente a cada uno de esos archivos digitales que se instalan en los sistemas operativos para que los programas puedan desplegar un determinado diseño de caracteres, digitados a través del teclado. Los más populares son los True Type (.ttf) y los OpenType (.otf), cuya ventaja es que pueden ser empleados en cualquier plataforma (Macintosh, Windows y Linux).

Familia

En tipografía, se le llama familia al “Conjunto de variedades, clases o series de un tipo que se agrupan bajo un nombre común que lo distingue de los demás” (Martínez, 2004: 411). Una familia se compone de varias fuentes, todas variaciones del mismo diseño. Agrega Martínez de Sousa: “el garamond redonda, cursiva, negrita, cursiva negrita, versalita (con sus variedades), estrecha y ancha (con sus variedades), etcétera, constituye una familia. No todas las familias disponen de todas las variantes posibles. Es normal que incluso las más pobres dispongan de la cursiva y la negrita, pero es habitual que una familia no cuente con las variedades correspondientes a la versalita, la estrecha y la ancha, etcétera” (Martínez, 2004: 411).

Tipólogos modernos, en su esfuerzo por clasificar las fuentes y familias, también han aplicado el vocablo familia a algo que se podría llamar estilo: la clasificación de las fuentes en grupos, según la afinidad de sus rasgos y las características generales de su diseño. En este sentido, la clasificación más conocida es la propuesta por Francis Thibaudeau (1860-1925), quien utiliza “como base de distinción la forma de los terminales, y establece cuatro familias fundamentales: romana antigua o elzeveriana, romana moderna o de Didot, egipcia y paloseco” (Martínez, 2004: 411).

En este blog, nos acogeremos a la primera definición de familia y procuraremos denominar estilo a la segunda; para no producir confusión.

En síntesis

A menudo, en la práctica, hay personas que usan los vocablos tipografía, letra, tipo de letra para referirse a la fuente. La distinción entre fuente y familia prácticamente no se hace en el habla cotidiana, especialmente porque este último vocablo es conocido únicamente en círculos especializados. Para evitar las confusiones y hablar siempre de forma más precisa, conviene siempre tener a mano nuestro propio glosario mínimo para evitar el síndrome de babel en la tierra de letras.

Lista de referencias

Martínez de Sousa, J. (2004). Diccionario de bibliología y ciencias afines (3.a ed.). Gijón: Ediciones Trea.

Martinez de Sousa, J. (2005). Manual de edición y autoedición (2.a ed.). Pirámide.

Moliner, M. (2007). Diccionario de uso del español (3.a ed.). Madrid: Gredos.

Real Academia Española (2001). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Madrid: Autor.

                

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